Poyecto del año: NO HAY 2 MUNDOS SOLO 1

Este proyecto consiste en cuidar el mundo en no mal gastarlo porque como pone en el eslogan NO HAY 2 MUNDOS SOLO 1, hay que cuidarlo no podemos permitirnos el lujo de malgastar las cosas que tenemos de no valorar lo que compramos tenemos que aprender que en este mundo no solo somos nosotros sino todos lo que están en otros países y necesitan nuestra ayuda para poder sobrevivir esta mala etapa que están pasando.

Poyecto del año: NO HAY 2 MUNDOS SOLO 1

Este proyecto consiste en cuidar el mundo en no mal gastarlo porque como pone en el eslogan NO HAY 2 MUNDOS SOLO 1, hay que cuidarlo no podemos permitirnos el lujo de malgastar las cosas que tenemos de no valorar lo que compramos tenemos que aprender que en este mundo no solo somos nosotros sino todos lo que están en otros países y necesitan nuestra ayuda para poder sobrevivir esta mala etapa que están pasando.

Monseñor Romero

Su nombre completo es Óscar Arnulfo Romero , nació en Ciudad Barrios y murió en San Salvador. Considerado de ideas conservadoras hasta su nombramiento para arzobispo de la capital salvadoreña en 1977, pronto sus sermones dominicanos se convirtieron en un alegato apasionado en favor de los pobres y una denuncia contra la dictadura del general Carlos Humberto Romero y las brutalidades antipopulares de las fuerzas armadas. Sufrió muchas amenazas de muerte y en febrero de 1980 una explosion destruyó completamente la emisora de radio de su arzobispado. Monseñor Romero fue asesinado por un disparo de fusil cuando estaba oficiando una misa en la catedral de San Salvador el 24 de marzo de 1980.

¿Quién era?

Exigente y riguroso, en su vida cristiana y en su teología ortodoxa, entregó sus tres años de Arzobispado a la defensa de los derechos humanos en El Salvador, hasta que le asesinaron ante su altar, el 24 de marzo de 1980. La palabra fue siempre su arma primordial , lo que no le impididio,en febrero de 1977, cultivar con cariño la relación con las víctimas y a sus familias.

¿Qué defendía?

Muchas veces, entre sacerdotes, entre amigos y colaboradores, Monseñor Romero hizo crítica fulminante de aquellos extremistas que, entre las dos vías armadas del violento escenario político, buscaban el detonante que incendiara El Salvador de finales de los setenta. Ante la violencia militar, los movimientos pre-guerrilleros, y la represión oficial, en medio de esa crisis, el Arzobispo Romero proclamó con vigor la doctrina de la "no violencia", y escribió, con el papel de la Iglesia en la mano, su última carta pastoral en agosto de 1979, acerca de la compleja realidad de las organizaciones populares.

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